Redes Cableadas vs Inalámbricas

Las conexiones a Internet vivieron una auténtica revolución en el año 2000 con el nacimiento del estándar 802.11b, una norma que marcó el nacimiento de lo que hoy conocemos popularmente como WiFi, y que ha vivido una profunda evolución durante los últimos años.

Una red inalámbrica permite que los dispositivos permanezcan conectados a la red, pero sin usar cables. Los puntos de acceso amplifican las señales de Wi-Fi, de manera que un dispositivo puede estar lejos de un router, pero permanecer conectado a la red. Cuando se conecta a una zona Wi-Fi en un café, un hotel, una sala de estar de aeropuerto u otro lugar público, se conecta a la red inalámbrica de dicha empresa.

Una red cableada usa cables para conectar dispositivos, como computadoras portátiles o de escritorio, a Internet u otras redes. Una red cableada tiene algunas desventajas respecto a las redes inalámbricas. La mayor desventaja es que los dispositivos deben estar conectados al router. Las redes cableadas más comunes usan cables con un extremo conectado al puerto Ethernet del router de red y el otro extremo conectado a una computadora u otro dispositivo.

Anteriormente se pensaba que las redes cableadas eran más rápidas y seguras que las redes inalámbricas. No obstante, las mejoras continuas a la tecnología de red inalámbrica como el estándar de red Wi-Fi 6 han eliminado las diferencias de velocidad y seguridad entre las redes cableadas e inalámbricas.

La unión entre las redes inalámbricas y el cableado se refleja en la buena experiencia de conexión que los usuarios experimentarán en una única red. Es decir, que la persona pueda acceder a sus aplicaciones de una manera efectiva y a altas velocidades sin importar el dispositivo que esté usando, sea cableado o inalámbrico

Ante este panorama es donde surge una de las principales mejoras de las redes de acceso unificado con el fin de lograr un alto desempeño en cuanto a las aplicaciones que los clientes corren desde sus aparatos móviles, dentro de un ambiente de múltiples dispositivos.

Adicionalmente los equipos que componen la solución de redes de acceso unificado, al converger dos mundos que tradicionalmente se manejaron por separado, poseen un electrónica interna que mejora el desempeño cuando lo comparamos con equipos de redes tradicionales.

Uno de los componentes fundamentales de la arquitectura de acceso unificado es la capacidad de administrar bajo una única plataforma la solución LAN y la solución WLAN. Históricamente estas dos tecnologías de acceso se administraron de manera separada, con el surgimiento de nuevas tendencias como BYOD en la que los usuarios ya poseen varios dispositivos, ahora poseen hasta 3 o más dispositivos

Si pensamos en términos de seguridad en las comunicaciones, la batalla para las conexiones inalámbricas está perdida si las comparamos con Ethernet. Existen numerosos tipos de ataques que pueden realizarse de manera remota, tanto para desautenticar un dispositivo como para romper la clave de cifrado e ingresar a la red. Además, durante el año pasado fuimos testigos de vulnerabilidades como KRACK que afecta a uno de los protocolos más robustos y utilizados como es el WPA2, y que probablemente haya sido la causa que impulsó el desarrollo del novedoso WPA3 que aún no se implementó. Por otra parte, con mayor o menor medida de éxito, un atacante podría también bloquear este tipo de comunicaciones inalámbricas a través de los famosos jammers o inhibidores de señal.

Luego de haber llegado hasta aquí, quizás estés pensando en actualizar la arquitectura de tu red y conectar todo a través de Ethernet.

Por supuesto que quedan afuera de esta opción dispositivos como smartwach, tablets, celulares, camaras IP, Televisores Smart o lámparas inteligentes

Evidentemente, la movilidad marcará las necesidades en conjunto con las bocas o puertos disponibles en tu router. Si trabajas con una notebook y estás constantemente cambiando de puesto dentro de la cobertura WiFi, quizá no podrás limitarte a un cable que te obligue a permanecer en el mismo espacio físico. En el caso de las PC de escritorio es diferente, ya que, aunque puedan contar con tarjeta inalámbrica, solo es recomendable cuando no se te permita llevar el cable de red Ethernet hasta el equipo. Para unidades compartidas de Red o Media Player también se recomiendan conexiones por cable.

Cuando hablamos de la velocidad de la conexión a Internet nos referimos al servicio que tenemos contratado. Esta es la base que determinará el rendimiento de nuestra conexión a Internet, lo que significa que si tenemos contratada una velocidad muy baja no importará si utilizamos una conexión inalámbrica o cableada, nuestra única opción será contactar directamente con el proveedor y elegir una tarifa superior.

De nada nos servirá tener un router de última generación con WiFi AC capaz de alcanzar velocidades máximas de transferencia de 1.733 Mbps si nuestra conexión a Internet no está a la altura, y lo mismo ocurrirá aunque utilicemos una conexión cableada Gigabit Ethernet (1 Gbps).

Es importante aclarar que nuestra conexión sea por cable o inalámbrica, que la velocidad que tengamos contratada para acceder a Internet mediante nuestro ISP en este caso no tiene incidencia alguna.

La latencia es lo que conocemos popularmente como “ping” o “lag”. Se produce por retrasos o pérdidas de paquetes en las comunicaciones bilaterales que se generan entre nuestro sistema y el servidor de destino con el que conectamos cuando navegamos por Internet, jugamos online o accedemos a algún servicio en línea.

Normalmente las conexiones WiFi son más propensas a sufrir este tipo de problema, así que si tenemos pensado reproducir contenidos multimedia en alta resolución o jugar online lo mejor es que utilicemos conexiones cableadas.

Es importante recordar que la latencia puede verse agravada cuando utilizamos muchos dispositivos conectados a Internet al mismo tiempo, y también por problemas ajenos a nuestra conexión, como por ejemplo fallos en el servidor de destino o por problemas en el servicio que ofrece nuestro proveedor.

Así afectan a tu conexión las conexiones inalámbricas y las cableadas pueden sufrir interferencias que afectan a la estabilidad y a la calidad de la señal. Sin embargo, tienen un mayor impacto en las conexiones WiFi, ya que pueden verse afectadas por los electrodomésticos, por otros dispositivos inalámbricos y también por la presencia de muros y puertas.

Nuestra conexión inalámbrica comparte banda con las conexiones de otras personas y con otros dispositivos y electrodomésticos, y como dijimos también tiene que hacer frente a los obstáculos que encuentra en nuestro hogar, y con las distancias y sus límites de alcance. Todos esos elementos pueden hacer que la calidad y la estabilidad de la señal sea muy baja en zonas concretas, y que por tanto no podamos disfrutar de una buena experiencia de uso en ellas.

Como conclusión resumida que podemos detallar entre los pros y los contras de la conexión inalámbrica e alámbrica son:

  • Simplifican la creación de entornos multidispositivo.
  • Podemos cubrir grandes espacios sin cables.
  • Nos permite movernos libremente.
  • Buen rendimiento bajo el estándar WiFi AC.
  • Menor velocidad real que las conexiones cableadas.
  • Susceptibles a las interferencias, mayor latencia.
  • El rendimiento pueden variar mucho en función de la distancia y los obstáculos.
  • Ofrecen un alto rendimiento (hasta 10 Gbps).
  • Mayor estabilidad, menor latencia y señal más limpia.
  • Más seguro y fiable.
  • Complica y encarece la creación de entornos multidispositivo.
  • Su alcance es limitado y no siempre es viable utilizarlo.